Por Mónica Mata
El encuentro auténtico entre profesor y alumno no puede prescindir de la pasión y el amor por el conocimiento. Debe hacernos vibrar las cuerdas del corazón y del cerebro
Nuccio Ordine
Defiendo la migración del paradigma “pienso, luego existo”,
hacia un nuevo y contemporáneo:
“siento, luego existo”.
El cuerpo es el continente que acoge y transmuta la información, en experiencia.
Que codifica los datos, las palabras y los conceptos,
en sensaciones, emociones, ritmos y pálpitos.
Aprendizaje, emoción y belleza van unidos,
se prolongan el uno en el otro.
Hipocampo y amígdala se continúan anatómicamente
el uno en el otro.
Aprendemos emocionándonos.
Nuestra amígdala se silencia ante la belleza.
Gracias a la existencia de células nerviosas llamadas neuronas espejo, al emocionarnos con la materia que impartimos,
al sentirnos parte del discurso y compartir su belleza,
estamos invitando a los alumnos
a participar en la fiesta del aprendizaje experiencial,
quedando así tatuada cada palabra, cada concepto
en el lienzo de su memoria autobiográfica.
La Ilustración creía que todo el mundo poseía la capacidad de hacer un buen trabajo.
Que en la mayoría de nosotros, habitaba un artesano inteligente.
El artesano representa la condición específicamente humana del compromiso.
Creo, por lo tanto, en el compromiso y rigor científico de la materia que imparto, apoyándome en un lenguaje científico y poético.
Creo en las escuelas que fomenten el desarrollo y consolidación de un pensamiento creativo y colaborativo.
Por ello integro en mis formaciones diversas disciplinas
que vinculan lo meramente científico,
a lo artístico y performativo,
gracias a la colaboración de grandes artistas expertas
en la materia.
www.catalinamahechaci.wixsite.com/danza
www.mariaescobar.com
Con este espíritu colaborativo, creativo, vivencial, respetuoso, artesanal, y en primera instancia vocacional y existencial,
nace y germina el proyecto docente:
Arte y Ciencia.